En la elección de un diamante debemos tener en cuenta 4 características esenciales, que conforman un criterio internacionalmente reconocido que determina la calidad del diamante.
PESO
Se expresa con el número de quilates y dos decimales, los cuales en lenguaje comercial se denominan “centésimas” (5,63 ct = cinco con sesenta y tres quilates o cinco quilates y sesenta y tres centésimas; 0,34 ct = cero treinta y cuatro quilates o treinta y cuatro centésimas). Y donde cada unidad equivale a 0.2 gramos
El peso no debe ser la única guía para determinar el valor o la calidad de la piedra. Dos gemas de igual kilataje pueden tener precios muy diferentes en función de su color, talla y pureza.
COLOR
El color o mejor dicho la ausencia de él es la característica más apreciada en un diamante blanco y es también la más fácil de observar.
PUREZA
El tamaño, la naturaleza y la disposición de las inclusiones determinan la pureza del diamante, en todos sus diamantes una pureza VVS y VS donde las inclusiones son difíciles de percibir incluso con una lupa de +10 aumentos.
TALLAS-CORTES
Cómo la luz se refleja en un diamante es la cualidad que los convierte en gemas únicas y excepcionales.
Los destellos tan característicos que transmiten los diamantes están directamente determinados por la calidad del corte, su simetría y pulido,
Las tallas de diamante más habituales son: Brillante, Princesa, Marquise, Pera, Esmeralda, Oval, Corazón y Radiant